JONATHAS C.March 2018
18 de julio de 2015: el día en que pedí a mi esposa en matrimonio.
El nerviosismo se apoderaba de mí. Pedí la mano de la mujer más linda delante de todos mis colegas de universidad, familiares y amigos. ¿Cómo? Pedí el día de nuestra colación de grado.
Fue todo tan intenso que confieso, momentos me mantenía sosteniendo fuerte el anillo de compromiso que no pude atenerme a nada más, sólo en lo que iba a decir y en la expectativa del gran sí.
Ojo a la platea un minuto: allí estaba D. Figueiredo, detrás de las lentes. Yo podía dejar pasar algo. Pero tenía la certeza de que mis memorias quedarían eternamente registradas a través del trabajo de ese gran amigo. Tuve la paz para concentrarme en lo que importaba a la hora.
El resultado fue más allá de lo esperado. Profesionalismo. Anticipación en las escenas. El clique listo, como el rastro firme de un pintor. los equipos diferenciados, la mirada clínica y diferenciada hicieron el diferencial.
Y hasta hoy, la emoción de sentirme nuevamente en aquel momento mirando los momentos registrados me hace pensar que los dos - yo y Jessica Linda - fuimos atravesados, no por un fotógrafo de ceremonias, sino del artista que traía infinidad a aquellos instantes.
Esa noche sucedió. Ella dijo sí.
Gracias mi amigo.
Por transformarlo todo en eternidad.
Jonathas Corrêa
Rio de Janeiro - Brasil